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¿Para quién juega Carlos Gardel?

Una polémica agita las aguas del Río de la Plata: ¿dónde nació el zorzal criollo?

Por Rael

Gardel fue un prócer del tango, le dio forma e identidad al cantor de ese género. Muere, convirtiéndose en leyenda, el 24 de junio de 1935 en Medellín, Colombia, cuando su avión chocó durante el despegue. Eso está claro. La polémica está en su nacimiento.

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En Argentina, no hay dudas: Gardel es francés.

Su propio testamento (de puño y letra) lo dice: “soy francés nacido en Toulouse, el día 11 de diciembre* de 1890 y soy hijo de Berthe Gardes”. Este documento es central en la “teoría francesa”. En él, también declara: “mi verdadero nombre y apellido son Carlos Romualdo Gardes”.

Ante declaraciones a la prensa y pasaportes en los que Gardel dice ser uruguayo, desde Argentina se contesta que eso fue producto de maniobras para eludir el llamado del ejército francés en época de guerra.

Otro argumento de peso señala según los registros de la Police General del Departament de Gironde, no se le emitió pasaporte alguno a Berthe, sino hasta 1893, mientras que la tesis uruguaya habla de que Gardel nació en 1887 (algunos inclusive sostenían que en 1883).

Y no será un documento, pero en su juventud le decían “francesito”.

Las malas lenguas también cuentan que en el invulnerable Penal de Ushuaia, un joven francés de apellido Gardes aprendía el oficio de payador mientras cumplía pena por sus andanzas en el submundo de pinringundines y quilombos de Buenos Aires.

Se ve con suspicacia que al otro lado del río no haya surgido quien reclame parte de la herencia. Los francesistas no entienden por qué Gardel renunciaría a su nacionalidad uruguaya en su testamento. Jamás tuvo pasaporte de ese país. Y si, como dicen en Uruguay, Carlos Gardel no es Charles Romuald Gardés ¿dónde está el acta de defunción o la tumba de este último?

Con ladeada sonrisa gardeliana, pretenden dar por cerrada la discusión alegando que no hay registros de que Gardel haya grabado un tango titulado «Mi Montevideo querido» ni nada que se le parezca.

Pero, cruzando el Río de la Plata, se dice otra cosa.

En Uruguay, no hay dudas: Gardel es uruguayo.

En la República Oriental el tema es un asunto de Estado: se vienen haciendo pedidos oficiales para que se le practiquen al cadáver de Gardel y al de su madre sendos estudios de ADN. ¿Por qué se niegan las autoridades argentinas?

Para Uruguay, “el zorzal” nació en Tacuarembó, al norte del país, y sería hijo ilegítimo del Coronel Carlos Escayola y su cuñada. Para evitar el escándalo, el niño fue entregado a Berthe Gardés, quien luego se mudaría a Montevideo y más tarde a Buenos Aires. Charles Romuald Gardes sería un hijo natural de Berthe y en su existencia se basaría la confusión de la hipótesis francesista argentina.

“Mi corazón es argentino, pero mi alma es uruguaya, porque allí nací, dijo Gardel a la revista Caretas de Antioquía, poco tiempo antes de su muerte. Y juran que cuando le presentaron al pianista Abraham Thevenet, lo saludó diciéndole: “yo también soy uruguayo”. Al periódico El Telégrafo, de Paysandú, dijo: “soy uruguayo, nacido en Tacuarembó”.

Las suspicacias también están de este lado del río: ¿por qué Gardel mentiría sobre su origen si al ser hijo único de madre viuda no podría ser reclutado por el ejército galo? Y si era hijo legítimo de Berthe, ¿para qué testamentar a su favor si no tuvo ni esposas ni hijos?

Con ladeada sonrisa gardeliana, pretenden dar por cerrada la discusión alegando que la letra de «Mi Buenos Aires querido» pertenece a la pluma de Alfredo Le Pera.

Murió en su mejor momento. Su voz, que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad, es símbolo de un género que él mismo hizo internacionalmente reconocido.  En definitiva, como lo dijo el propio Gardel «Un artista, un hombre de ciencia, no tienen nacionalidad. Un cantor tampoco, es de todos, y sobre todo su patria es donde oye aplausos».


*Por ese motivo ese día se celebra en Argentina el Día Nacional del Tango.

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