Nota: Germán Dress – Fotos: Germán y Darío Dress
Imagináte esta llegada a Jujuy: día espectacular después de viajar 21 horas y qué mejor recibimiento que un chapuzón en la piscina del hostel… nos puso a full. Esa misma tarde fuimos a volar en parapente al Cerro Jaire con su vista imponente que te desconecta de todo. Un paseo por el aire a la par de las aves dando vueltas, buscando las térmicas para el subidon y disfrutando de un sueño: volar… Así empezamos el viaje… con todo.
El día siguiente fue relajado, sólo hicimos un poco de ciudad, ideal para juntar las fuerzas necesarias para todo lo que se venía. A la mañana salimos hacia las Lagunas de Yala, donde dan ganas de quedarse varios días y hacer unas fogatas de esas. Almorzamos frente a Lago Rodeo, y para la digestión, un trekking de 2 horas por un río transparente, entre montañas y vegetación, hasta llegar a una cascada. Impresionante, toda la onda para un duchazo natural.
La parada siguiente eran Las Termas de Reyes… guau! Agua caliente natural que no querés salir por nada, se te aflojan todos los músculos, menos mal que me quedé en lo bajo porque si no me ahogaba… quedás hecho una lechuga hervida!!!.
Seguimos de gira por la Quebrada de Humahuaca, es increíble cómo de repente cambia el paisaje, salís del valle y en pocos kilómetros subís como 800 metros y desaparece el verde y se transforma todo en zona desértica sin vegetación, empiezan a aparecer los cardones, ríos formados por deshielos, las montañas y sus colores, los pueblos conservando la cultura y la presencia Inca, construcciones de adobe, los cementerios de cada pueblo en zonas elevadas para que los seres queridos estén más cerca del cielo… un viaje por nuestro pasado. Paramos en Tilcara para almorzar y visitar el Pucará donde te das cuenta que la tecnología es inservible… todo hecho en piedra y barro, casas, corrales… todo a pulmón y con una inteligencia y precisión admirable. Desde allí hicimos un corto pero aventurero trekking hasta la imponente Garganta del Diablo.
El sábado a la noche nos fuimos de joda por ahí, volvimos como a las 6 am remachados pensando que la excursión del otro día era a las 10, pero no, a las 8 ya nos estaban sacudiendo para salir. Tratando de mantenernos despiertos (coca y bica) llegamos a Purmamarca. Recorrimos sus tranquilas calles y el paseo de artesanos alrededor de la plaza, pero fue el Cerro de los 7 colores quien hizo que el cansancio se nos fuera automáticamente, los ojos bien abiertos ante una postal con vida, como pintado por el mejor artista, impresionante! Y por detrás del cerro está el Paseo del Colorado, un recorrido por el planeta rojo.
Seguimos para arriba, dándonos dosis de hojas de coca, por la Cuesta de Lipán, ruta de interminables curvas hasta llegar al punto más alto del recorrido (4170 mts.): las Salinas Grandes. Una locura de lugar, tan blanco que cuesta adaptar la vista (Nota: Llevar lentes). Llegamos para la hora del almuerzo y nos sentamos en un comedor con mesas y sillas de sal.
De regreso dormimos en Tilcara, recorrimos sus calles, la plaza de artesanos y cenamos en un típico restaurante con música local en vivo. Resulta que el payador entre sus canciones dice: “Jujuy, una provincia de tanta alegría que tenemos 418 fiestas y en todas nos ponemos en pedo”… para no venir, ja!
Ahora al techo argentino: La Quiaca, a 5121 km. de Ushuaia, largo país, ¿no? Otro buen día de vida, sol, calorcito…Nos pasa a buscar Adrián (el Vasco) por Tilcara, colgados con el paisaje como en todo el viaje llegamos a Yavi. De esos pueblos que no pasa nada pero te dan ganas de quedarte, estuvimos en la antigua iglesia Nuestra Señora del Rosario. Seguimos viaje hacia la cadena de cerros Los 8 Hermanos… todos igualitos. Luego caminamos al Cerro Colorado, donde vimos pretoglífos y pinturas rupestres. Finalmente llegamos a La Quiaca, fuimos al mercado central donde nos mandamos un api y torta frita y cruzamos a Villazón, en Bolivia.
Esa noche nos quedamos en Humahuaca y nos encontramos con “el Teto”, guía de alta onda, que nos pasó a buscar a las 5 am para darle comienzo a una expedición de 3 días. Arrancamos en una combi llena de maestros que iban hacia Santa Ana, donde dan clases a los niños del pueblo. Almorzamos en una casa familiar unos fideos re buenos y con el estómago lleno y el corazón contento nos esperaban 6 horas de trekking, de la puna sin vegetación hasta las yungas selváticas, siguiendo parte del camino Inca.
Llegamos a Valle Colorado, un pueblo en el medio de la nada, donde hicimos noche en un comedor comunitario, humilde, pero ideal. Una vecina nos cocinó un puchero mágico, juntamos lleña, fueguito, pintó el matador Kempes y ni hablar la noche que pasamos… A la mañana siguiente, con toda la tranquilidad del mundo, caminamos unos 10 km. hasta Valle Grande donde nos tomamos un bus local hacia San Francisco donde pudimos observar a 2 tucanes revoloteando en plena libertad. Noche de asado, vino y a la cama, porque de mañana nos esperaban las aguas termales del Jordán. Después de un trekking por el Parque Nacional Calilegua, nos encontramos con el esperado pozo de agua celeste y climatizada… de no creer. Nos tiramos de todas las formas posibles y desde todos ángulos… estábamos emocionados de alegría y no queríamos que se termine… un lugar de aquellos.
Volvimos a Jujuy capital con una inmensa paz interior agradeciendo todo lo vivido, cosas que nunca me aburriría de contar. De despedida nos pasamos en el hostel de fiesta con Walter, Mariel, Dani, Ale, Sol, Teto, Paola y todos los que hicieron que la pasemos de lo mejor.
Agradecemos especialmente a Walter y Mariel de Noroeste Virtual y Club Hostel por habernos dado todo en este viaje. Grandes amigos.
Alojamientos
- Club Hostel (San Salvador de Jujuy).
- Malka (Tilcara).
- Posada El Sol (Humahuaca).
- Los Ocultos (San Francisco).
- La Yunta (Valle Grande).
Agencias y Excursiones
- Paisajes del Noroeste (San Salvador de Jujuy).
- El Huevo Parapente (San Salvador de Jujuy).
- Hasta las Manos (Humahuaca).
¿Dónde Comer?
- La Guata (San Salvador de Jujuy).